Las fotos recuperadas de Malvinas
Impresionante documento gráfico sobre las imágenes obtenidas por los enviados especiales de esta agencia a la Guerra de Malvinas, en 1982. Un recorrido histórico para analizar el pasado y, por supuesto, interpelar el presente, en el marco del Día de la Afirmación de los Derechos Argentnos sobre las Malvinas, Islas y Sector Antártico.
Télam inició un proceso de recuperación de su archivo y apertura a la comunidad de las fotografías obtenidas por sus enviados especiales a la Islas Malvinas durante la guerra de 1982. Se trata de un material exclusivo, en muchos casos jamás publicado, sobre los momentos clave del conflicto, la vida cotidiana de los isleños y la situación de los soldados argentinos en las trincheras.
“Las fotos recuperadas de Malvinas” es un documento de incuestionable valor histórico, a 40 años de la guerra y en conmemoración al Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, Islas y Sector Antártico.
El archivo sobre la Guerra de Malvinas está integrado por un conjunto de 2.250 fotografías, que fueron digitalizadas por el Archivo Nacional de la Memoria (ANM) a partir de un convenio de trabajo conjunto firmado en 2012, oportunamente renovado en 2021 por la presidenta de Télam, Bernarda Llorente.
El rescate de las fotos de Malvinas es un proceso que continúa en pleno desarrollo en el Archivo Fotográfico de la agencia, con un minucioso trabajo de identificación, orden y registro en el que participan Luis Ramírez, Walter Romero, Sabino Cabrera, Emilia Luna Bazán, Carla Goncalvez, Luis Pozzi, Rodrigo Balbuena, Lorena Olivera, Vanesa Gómez, Aylin Loponte, Julia Cao; bajo la coordinación documental de Analía Garelli, Guadalupe Basualdo y Mariana Torres.
El informe especial “Las fotos recuperadas de Malvinas” está integrado por diez galerías que describen diferentes momentos del conflicto bélico de 1982. En la primera – «El desembarco» – se incluyen 6 fotos fechadas el 2 de abril, que fueron producidas y difundidas por la Armada. El autor de las imágenes sobre la llamada “Operación Rosario” fue Osvaldo Zurlo. También se incluye una fotografía falsa de soldados plantando una bandera argentina en las islas, una producción que en realidad se había realizado en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) para informar sobre la noticia del desembarco.
En “Operación Prensa”, se muestra lo ocurrido el 3 de abril de 1982, cuando los militares llevaron a Malvinas a un contingente de más de 40 periodistas de diferentes medios gráficos, radiales y televisivos, con el objetivo de mostrar al mundo que la recuperación de las islas había sido “incruenta”, y no un baño de sangre como se informaba desde Gran Bretaña. Los hombres de prensa sólo permanecieron horas, con la única excepción de los enviados de Télam y de Argentina Televisora Color (ATC).
En “Menéndez gobernador” se incluyen las fotos del 7 de abril, cuando el general Mario Benjamín Menéndez asumió como gobernador militar de Malvinas, en un acto que contó con la presencia de nombres del arco castrense, político, sindical y cultural, entre ellos Jorge Rafael Videla, Sául Ubaldini, René Favaloro, Jorge Triacca, Carlos Contín, Jorge Abelardo Ramos, Manuel Solanet, Federico Zorraquín y monseñor Desiderio Collino. La premisa era mostrar el amplio consenso que tenía la causa Malvinas.
En “El primer bombardeo” se advierte que, como los primeros ataques ingleses ocurrieron a la noche, las imágenes se limitaron a diferentes vistas de paisajes de Malvinas, con lejanas columnas de humo y fuego sobre objetivos de imposible identificación. La serie se completa con fotografía de soldados en estado de alerta, transmitiendo la sensación de que, a pesar del primer bombardeo, la situación estaba controlada por las tropas argentinas.
En “Vida cotidiana” se muestra cómo el trabajo de los fotógrafos fue objeto de una férrea censura. Tenían la orden de mostrar imágenes de la vida de los isleños y que en ningún momento transmitieran el escenario de un conflicto armado. A partir de esta premisa, se difundieron imágenes de despreocupados pobladores, niños jugando, vistas de la ciudad y el puerto, negocios y hasta calcomanías con la consigna “Usted tiene derecho a vivir en libertad”.
En “Los soldados” se incluyen fotografías de conscriptos y uniformados en posiciones de guardia, comiendo, recibiendo rosarios y celebrando misa en una carpa. Prácticamente no hay escenas de guerra ni de situaciones violentas. Una plancha de contactos tiene la inscripción “Falta esta tira”, en referencia a una imagen de conscriptos corriendo en una supuesta situación de bombardeo.
“Las trincheras” permite ver las fotos de los soldados argentinos en estado de alerta ante un posible ataque enemigo y, como contrapartida, en situación de diálogo y compartiendo cigarrillos. No logran observarse detalles del lugar en el que se encontraban. En las planchas de contactos se reiteran como nunca las indicaciones, en marcador rojo y negro, para que determinadas fotografías de los efectivos no fueran difundidas a los medios periodísticos.
En “El Irizar” se puede advertir cómo fue acondicionado como barco hospital sobre el final de la Guerra. Allí se desempeñó la instrumentista María Marta Lemme, la única mujer registrada por los corresponsales de Télam y una de las seis que cumplieron funciones en las islas durante el conflicto bélico. La imagen de la profesional a bordo del Irizar se difunde por primera vez en cuarenta años. Es uno de los hallazgos de la apertura de estos archivos.
En la galería “Las más conocidas”, si bien muchas de las fotografías han sido difundidas en innumerables oportunidades, quizás sea la primera vez que se exhiben de manera integral para documentar la importancia de su valor histórico. La escena del soldado con la tapa del diario Crónica “Basta piratas: si nos atacan ¡van a la lona!” se convirtió en una imagen emblemática del triunfalismo que se buscó imponer desde los medios de comunicación.
Finalmente, “Los corresponsales” muestra el trabajo del equipo de enviados de Télam a Malvinas, integrado por los periodistas Juan José Marc, Diego Pérez Andrade, Juan Carlos Malod, y los reporteros gráficos Román Von Eckstein, Eduardo Navone y Eduardo Farré. Fueron autorizados a permanecer en las islas durante todo el conflicto, bajo un severo control informativo. Enviaron textos y fotografías durante la guerra. Algunos materiales fueron censurados, otros directamente robados.