En la provincia de La Rioja, el feriado fue establecido por la ley 9.844, sancionada en 2016, para conmemorar la muerte del exobispo Monseñor Enrique Angelelli, ocurrida un 4 de agosto de 1976. Ese fatídico año, el 18 de julio, también fueron secuestrados y asesinados los sacerdotes católicos Carlos de Dios Murias y Gabriel Longeville, así como el militante católico Wenceslao Pedernera, colaboradores cercanos del obispo Angelelli.

Según la versión oficial, Monseñor Angelelli falleció en un supuesto accidente de tránsito pocos días después de la muerte de los sacerdotes y del militante. Sin embargo, su trágica muerte ha sido objeto de controversia, y se cree que pudo haber sido un asesinato relacionado con su activismo y compromiso social durante la dictadura militar.

Debido a la importancia de este acontecimiento en la historia de La Rioja, el gobierno provincial decidió establecer el 4 de agosto como feriado, permitiendo a los habitantes disfrutar de un merecido día de descanso y conmemoración.