Paro general: las centrales sindicales salen a la calle
La medida de fuerza impulsada por la CGT contará con el acompañamiento de varios sectores. Se espera una importante movilización en el centro porteño y otros puntos.
La Confederación General del Trabajo (CGT) concretará este miércoles su primer paro general en la gestión de Javier Milei, a un mes y medio de la asunción del libertario, para rechazar el mega DNU y la ley ómnibus, en especial sus apartados con reformas laborales, en una aceleración de una pugna con desenlace incierto.
La CGT convocó a una huelga de 12 horas de extensión a partir de las 12 del mediodía, acompañada de una marcha al Congreso, que contará con la adhesión de los sectores opositores a Milei, como Unión por la Patria y la izquierda, y el resto de los espacios sindicales, como las dos CTA, además de los movimientos sociales.
En la previa al paro, convocado a menos de 20 días de la asunción de Milei, convirtiéndose en el más rápido desde el regreso de la democracia, referentes de la CGT, como Héctor Daer y Pablo Moyano, se cruzaron públicamente con representantes del oficialismo, como el portavoz Manuel Adorni.
La pelea incluye a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien busca hacer cumplir el protocolo antipiquete y evitar cortes de calles, por lo que este martes la cartera advirtió a la central obrera que no se encuentra habilitada «para asegurar, autorizar o restringir ningún tipo de circulación».
El transporte público estará garantizado hasta las 19, a fin de permitir que aquellos ciudadanos que quieren sumarse a la movilización luego cuenten con trenes y colectivos para poder regresar a sus hogares.
Desde el mediodía, se espera que comiencen a llegar las principales columnas de los sindicatos a la Plaza del Congreso, donde se prevé que, horas después, se desarrolle un acto que, en principio, tendría como oradores a los miembros del triunvirato que conduce la CGT, Héctor Daer (Sanidad), Pablo Moyano (Camioneros) y Carlos Acuña (Estaciones de servicio y garajes).
Para el sindicalismo, el mega DNU y la ley ómnibus contienen «muchas medidas arbitrarias, anticonstitucionales y lesivas de un vasto número de derechos civiles, comerciales y sociales, que introducen una feroz reforma laboral regresiva, cuyo único objetivo es disciplinar a los trabajadores».
Se refirieron así a reformas que se impulsan, como la exclusión de la Ley de Contrato de Trabajo a personas físicas que podrían ser dependientes; la irrenunciabilidad; la extensión del período de prueba; la creación de injurias específicas reñidas con la libertad sindical; la reducción de los montos indemnizatorios y la imposición de una moratoria imperativa para el pago de las condenas.
En esa pugna, el gremialismo consiguió que la Justicia laboral frenara los artículos del DNU que refieren a los temas laborales, por lo que no se encuentran actualmente en vigencia, a diferencia del resto de su contenido.
Pero su objetivo final, tal como blanqueó Pablo Moyano, es «voltear» por completo el mega DNU y la ley ómnibus, para lo cual vienen acordando el rechazo con los legisladores peronistas y presionando a los opositores más dialoguistas para que no acompañen el proyecto que se está debatiendo y así ambas medidas caigan, con lo cual Milei se quedaría sin los pilares o la hoja de ruta que se propuso para el primer tramo de su gestión.
Por eso, eligieron marchar al Congreso, a fin de renovar la presión en momentos en que el oficialismo busca obtener dictamen en Diputados y tratarlo en el recinto en breve.
Consultado el lunes último sobre el inminente paro sindical, Milei respondió: «Hay dos Argentinas: una que se quiere quedar en el atraso, el pasado y la decadencia, en la que no se crean empleos privados desde 2011 y tenés clavada la cifra en 6 millones, y otra que es la que votó las ideas de la libertad».
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