El eclipse total de luna se observó con entusiasmo y curiosidad en casi todo el país
El eclipse total que tiñó de color rojizo a la Luna, fue el último evento astronómico de este tipo con observación óptima desde el Hemisferio Sur en lo que resta del año.
Una nutrida concurrencia de familias, aficionados, estudiantes y turistas observó anoche, con entusiasmo y curiosidad, en distintas zonas del país, el eclipse total que tiñó de color rojizo a la Luna, el último evento astronómico de este tipo con observación óptima desde el Hemisferio Sur en lo que resta del año.
CABA
Cientos de personas se acercaron en la noche del domingo al Parque Centenario y al Planetario Galileo Galilei, ubicados en los barrios porteños de Caballito y Palermo, para disfrutar del eclipse total de Luna, que por largos momentos se vio opacado por la fuerte nubosidad que invadió el cielo de la Ciudad de Buenos Aires.
En el Planetario, los primeros visitantes comenzaron a llegar durante la tarde del domingo, con gran expectativa y curiosidad, a pesar de que el Servicio Meteorológico Nacional había pronosticado nubosidad en la ciudad, lo cual iría a dificultar -como efectivamente acabó dificultando- la observación del eclipse.
El centro porteño de divulgación científico astronómica indicaba en su explanada que el fenómeno comenzaría a las 23:30 horas, pero que sería visible a partir de las 0:30.
La fila para ingresar al Planetario y ver el eclipse con un telescopio se extendió por tres cuadras, con personas de todas las edades y diferentes zonas de la ciudad, que estaban inclusive desde la tarde del domingo.
Los niños corrían expectantes alrededor de los lagos de Palermo, cuyas aguas servían como pasatiempo hasta la medianoche, cuando el eclipse alcanzó su apogeo.
El mate y el café fueron las bebidas que ayudaron a los visitantes a sobrellevar la fría noche palermitana, por efecto del viento.
Este fenómeno también atrajo a los turistas extranjeros que, sorprendidos por la situación, caminaron por la fila que superaba el centenar de personas en la explanada del centro de divulgación.
El viento también generó que el aroma a pocholo y hamburguesa invadiera el lugar y que los visitantes se acercaran a los puestos de venta, que ofrecían sus productos con precios que oscilaban desde los 150 hasta los 500 pesos.
Cercana al mástil del Planetario, una pareja de unos 30 años estaba tapada con una manta de color crema, mientras miraba al cielo con un par de binoculares.
Al pasar los minutos, las personas se volvieron impacientes, debido a que las nubes empezaron a tapar la visual de la Luna. Fue en ese momento que los astrónomos del observatorio hablaron por un altoparlante para tranquilizarlos.
«Tengan paciencia porque hay nubes. Tranquilos, cuando haya un hueco se va a poder visualizar la Luna», señaló un astrónomo del Planetario, algo nervioso por la situación, quien agregó con sarcasmo: «Los telescopios no hacen milagros».
Así, las nubes empezaron a convertirse en la principal complicación de la noche, y cada minuto que pasaba se hacía más notorio su presencia, aunque no impidió que Franco, un joven de 22 años oriundo de Boedo, se entusiasmara con el evento.
«Cuando supe que iba a ocurrir esto pensé, oh Dios mío será sensacional», afirmó el joven que portaba un buzo violeta.
«Yo quiero estudiar astronomía y tengo el deseo de ser el primer astronauta argentino en pisar la Luna», afirmó el entusiasta joven, que también estaba muy nervioso por la aparición de las nubes y concluyó con «aguante la astronomía»
Así, los trabajadores del planetario empezaron a realizar juegos didácticos con encuestas para que los niños aprendieran un poco de astronomía.
El público estalló en júbilo cuando se observó que las nubes se habían despejado y a ese festejo se le sumó la decisión del Planetario de hacer ingresar a los visitantes para poder visualizar el eclipse a través de uno de los siete telescopios
Cuando se hizo las 23:30, los rostros sonrientes de los visitantes miraban al cielo para visualizar la Luna, que se veía de forma intermitente por la nubosidad.
«Mira papi que linda está la nube», dijo un niño ilusionado que pudo ver la Luna a través del telescopio.
En ese momento, en otra parte del planetario, los astrónomos realizaban actividades de divulgación científica contando acerca de los eclipses y sus historias relacionadas con las mitologías aztecas y mayas.
A las 0:30, muchos visitantes comenzaron a aplaudir y miraron al cielo para ver el eclipse, pero lo único que llegaron a observar fueron a las nubes grises que tapaban la Luna.
Lejos del planetario, Hernán, un aficionado a la astronomía, llevó su telescopio adquirido en diciembre al parque para ver el fenómeno. Aunque estaba decepcionado, su rostro cambió cuando pudo visualizar por breves instantes el eclipse.
«Estoy emocionado. Una lastima que en esta noche histórica, las nubes arruinaran el momento, pero estoy feliz porque lo pude ver», enfatizó Hernán, que estaba con su pareja y sus dos hijos sentados en el pasto y mirando las esfera del planetario
En otra parte del parque, un grupo de adolescentes hacia un directo para Instagram para comentar sobre el fenómeno desde el planetario.
«Esto lo filmamos porque después tenemos que esperar hasta 2025», aclaró Kiara, una joven interesada en los fenómenos astronómicos.
A la 1:30, la decepción de los visitantes se profundizó cuando una llovizna se hizo presente en la zona del planetario.
En el Parque Centenario, en el observatorio del grupo amigos de la Astronomía, el ambiente estaba mas tranquilo.
Un grupo reducido permaneció en el lugar para disfrutar la noche y escuchar tango y folklore.
Las jóvenes estaban sentadas en el piso alrededor de un grupo de seis telescopios que los rodeaban y que estaban aptos para ser utilizados.
Dentro del centro, el olor a café impregnaba todas las paredes amuralladas con imágenes de planetas, asteroides y eclipses.
Allí, una maqueta con planetas y equipos telescópicos antiguos eran vistos con detenimiento por el grupo que estaba en el lugar.
En el acto de cierre del evento, Sergio, un integrante de la asociación Amigos de la Astronomía, dio una clase de unos 15 minutos sobre la historia de los eclipses y cómo fue observado a lo largo de la historia
«Estamos decepcionados por lo ocurrido hoy, porque las nubes no ayudaron, pero si logramos que los más chicos se interesen por la astronomía, nuestro objetivo está cumplido», señaló el divulgador, mientras retiraban los telescopios del jardín y dar por concluida la jornada.
Ushuaia
Familias completas, turistas y aficionados se congregaron el domingo a la noche en la ciudad de Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego, para observar el eclipse total de luna desde la orilla del Canal Beagle, y frente al cartel luminoso con el nombre de la capital fueguina.
Las personas llegaron caminando o en vehículos, los cuales estacionaron alrededor de la Bahía Encerrada, a pocos metros de la zona céntrica, y sus ocupantes aguardaron en el interior o al lado de los autos, el momento del fenómeno astronómico.
Si bien unas horas antes el cielo se presentaba nuboso, lo que hacía pensar en una escasa visibilidad, pasadas las 23 las condiciones mejoraron y el eclipse pudo ser visto casi en su totalidad, solo con algunas interrupciones por nubes pasajeras.
A las condiciones del cielo se sumó una temperatura agradable para esta época del año en territorio fueguino, y la ausencia de viento, lo que animó a más gente a llegar al lugar.
Familias completas, con chicos de corta edad y en algunos casos hasta con mascotas, se acercaron en su mayoría hasta el telescopio de Bryant González, el mochilero, astrónomo aficionado y divulgador científico venezolano, quien llegó a Ushuaia para observar el eclipse lunar y ofició de guía para los más inexpertos.
Abuelos con sus nietos, padres con sus hijos, docentes de distintas escuelas, turistas y aficionados por la observación de los astros fueron haciéndole preguntas al aventurero, que respondió las inquietudes una por una y transmitió parte del evento por sus redes sociales.
«Esa parte oscura que empieza a formarse es el comienzo del eclipse. Cuando la penumbra cubra la Luna en su totalidad, el tono de la superficie lunar se verá rojizo, debido a la descomposición de los rayos solares al pasar por la atmósfera terrestre como sucede con un arco iris», explicó el astrónomo aficionado a un hombre que portaba una cámara de fotos.
«Nunca vi un eclipse tan claro en Ushuaia, y tan de cerca. Es una experiencia sensacional», dijo una de las mujeres fascinada por el espectáculo.
A su lado, una docente del colegio secundario José Martí comentó que un taller de astronomía gestado hace años en la escuela sirvió para generar el interés de profesores y alumnos por los eclipses y la observación de las estrellas.
«Mamá, tenemos que soplar las nubes, para que se vayan y nos dejen ver la Luna», propuso también una nena de unos ocho años, mientras correteaba por la zona.
Motociclistas que se detenían unos instantes para mirar el cielo, jóvenes que buscaban los planos más convenientes para tomarse selfies y personas que intercambiaban mates y charlas sobre las constelaciones formaron parte también de las múltiples escenas generadas en el lugar.
«La Luna se ve diferente aquí que en otras latitudes. Se podría decir que se ve invertida, debido a la perspectiva que tenemos desde la tierra. Las constelaciones, incluso, no se ven igual desde el sur del planeta que desde el norte», detalló González ante otra pregunta que le realizaron.
«Los eclipses han ayudado a los científicos a entender aspectos del funcionamiento del universo y a calcular con precisión, por ejemplo, la distancia entre el Sol y la Tierra. La Luna está a veces más cerca y a veces más lejos, pero no siempre va a estar con nosotros. En miles de años quizá se aleje tanto que ya no podamos verla», dijo el mochilero.
El aventurero venezolano difunde este tipo de experiencias a través del sitio web y de las redes sociales de su proyecto «Mochileros astronómicos» (https://www.youtube.com/channel/UCNzSCrG8iiod_JZ1-BFc5Qw), mientras que su periplo por Latinoamérica, a lo largo de cinco años, dio origen a dos libros: «El Planetarista» y la novela de ciencia ficción «Migrantes a Marte».
«Ahora van a ver un último punto blanco de la Luna, justo antes de que el eclipse sea completo, brillar como si fuera un diamante», anticipó Bryant, pero justo una nube densa cubrió de negro el cielo y la observación del eclipse en el Fin del Mundo se tornó más dificultosa.
Entre Ríos
El cielo despejado de la ciudad de Paraná mantuvo cautivas a más de 130 personas provenientes en algunos casos de pueblos, aldeas y ciudades aledañas, quienes fueron al Observatorio Astronómico de Oro Verde para apreciar y analizar un nuevo eclipse lunar, el primero de estos fenómenos astronómicos en lo que va de 2022.
Mantas, celulares, cámaras, telescopios, café, té, y el infaltable mate acompañaron por más de cinco horas a quienes llegaron al predio, ubicado a unos 10 kilómetros de la capital de Entre Ríos.
Las actividades comenzaron a las 20, con un taller teórico práctico sobre astronomía, en el cual aprendieron sobre los trabajos que se realizan, pero también vieron cómo y con qué herramientas.
«Medio país tiene nubes, pero acá el clima acompañó y nos tocó un cielo despejado», destacó a Télam Walter Elías, presidente de la Asociación Entrerriana de Astronomía (AEA), a cargo del Observatorio.
Además, es el primero luego de la pandemia del coronavirus, lo que generó que se agoten las entradas anticipadas y que debieran habilitar el ingreso a «un montón de gente que se agolpó afuera para ingresar».
La gente circuló por el predio y aprovechó varios telescopios que estaban instalados afuera para ver el progreso del eclipse.
También desde las 22:30, y hasta pasada la medianoche, el público pudo subir a la cúpula y conocer más el trabajo científico que se hizo detrás del fenómeno.
Allí analizaron la coloración del eclipse, observaron ocultaciones estelares, impactos meteóricos y accidentes selenográficos a través del telescopio científico, con el que conocieron los trabajos que realiza el Observatorio sobre cráteres y sobre el evento.
Cada 30 minutos, se tomaron fotografías que luego serán enviadas a Italia, donde serán comparadas con otras tomas registradas en distintas partes del mundo, en el marco de una agenda global, explicó Elías.
Esa agenda es establecida en conjunto con la Asociación de Observadores Lunares y Planetarios, con sede en la Universidad de Aberystwyth (Gales).
Juan Cruz, 9 años, llegó con su familia por primera vez al Observatorio para aprender sobre el espacio y para verlo desde distintos ángulos.
«Estuve esperando esto varios días, vi la luna de varios tamaños medianos y grandes con varios telescopios, me encanta esto del espacio», dijo el niño a Télam.
Cerca de las 23 la luna comenzó a atenuar su fuerte brillo, y, una hora más tarde, más de la mitad del satélite estaba bajo la sombra. El punto máximo de euforia se dio minutos antes de las 0:30, cuando la luna tomó distintas tonalidades
El fenómeno es el tercero de cuatro eclipses lunares metónicos (períodos orbitales de la Tierra y de la Luna) en la misma fecha, cada uno separado por 19 años, el segundo eclipse del año (el primero fue solar) y el primero de este tipo en lo que va de 2022.
También es el primero del año que se pudo ver en el Observatorio, ya que para el eclipse solar el clima no acompañó.
En ese sentido, Elías contó a Télam que «es lógico» que ocurriesen estos fenómenos con pocos días de diferencia, que hay de dos a tres eclipses lunares por año, y que el próximo recién ocurrirá a fines del 2022.
Finalmente, destacó el trabajo de los integrantes de la Asociación, que son «astrónomos amateur que tienen una profesión de día, y de noche nos dedicamos a la difusión e investigación de fenómenos ordinarios y extraordinarios».
El Observatorio Astronómico se fundó el 24 de septiembre de 1986, es administrado por la AEA, y se ubica en un predio cedido por el Gobierno de Entre Ríos dentro del complejo agrotécnico de la Escuela Alberdi.
San Luis
Cientos de puntanos se congregaron el domingo a la noche en Terrazas del Portezuelo (casa de Gobierno) para presenciar el eclipse total de Luna que no se repetirá hasta 2025.
La propuesta, denominada «La Luna en la Terraza», comenzó a las 22:30 con una previa al eclipse, en donde expertos en la materia iban relatando lo que sucedía y la gente podía observar a través de los telescopios, los cuales fueron ubicados en la explanada del edificio, para apreciar más de cerca el evento astronómico.
En el momento principal del eclipse, a pesar del intenso frío, los asistentes observaban, con mucha emoción, cuando el astrónomo Ronie Tapia anunció que la Luna ingresó completamente en la sombra de la Tierra, quedó cubierta y se distinguió la tonalidad rojiza.
Julieta Talia decidió venir con sus grupos de amigas a presenciar el evento y observó por primera vez un eclipse lunar a través de un telescopio.
«La verdad que fue una buena experiencia, estuve dudando si venir o no por el frío pero valió la pena esperar, y estar observando este fenómeno astronómico con un telescopio, que nunca había tenido la oportunidad», expresó la joven.
Juan Ignacio, de 9 años, llegó junto a su papá para disfrutar del eclipse y en parte para realizar una tarea escolar.
«Estaba con muchas ganas de venir porque me gustan mucho los planetas y todo lo que sucede en el espacio, además nuestra maestra nos pidió que fotografiáramos a la Luna como parte de una tarea en ciencia naturales y me llevo unas fotos muy buenas sacadas con el telescopio».
El encuentro fue organizado por el Parque Astronómico La Punta, que realiza estos eventos con periodicidad semanal para observar distintos fenómenos astronómicos en Terrazas de Portezuelo.
«Esto es parte de una iniciativa que comenzamos hace dos meses y algo que nos entusiasma en seguir, hasta el momento cúlmine del eclipse pasaron más de 500 personas por el telescopio y es una gran apuesta que nos permite sumar gente que se interesen por la astronomía», destacó Javier Torres, jefe del Programa Divulgación Científica de la Universidad de La Punta.
Mendoza
Unos 200 vecinos de la ciudad de Mendoza y alrededores se reunieron el domingo, en un evento de astroturismo organizado en el Parque Cívico, para seguir el eclipse total de Luna. Allí fueron colocados telescopios y una pantalla, que facilitaron la observación del fenómeno a través de un cielo por momentos nuboso, que dificultó ver a simple vista al satélite «bañado en color sangre».
La actividad organizada por la intendencia de la capital provincial fue denominada «Astroturismo: Luna Roja – Especial Eclipse de Luna», se desarrolló a partir de las 22 y convocó a vecinos de la ciudad y sus alrededores que se reunieron para apreciar el fenómeno astronómico.
Allí, en el marco del programa Astroturismo, que el municipio lleva adelante desde hace ocho años junto a la organización El Firmamento, de astrónomos amateurs y dedicados a la divulgación de la ciencia astronómica, se instalaron varios telescopios y una pantalla gigante para que los vecinos pudieran seguir el fenómeno meteorológico en vivo.
«Son acontecimientos únicos, no todos los días hay un eclipse, y creo que es importante presenciarlos porque es un fenómeno natural, una manifestación de la naturaleza» contó a Télam, Lili, una estudiante de la Escuela de Guía de Montaña, oriunda de México, que vive en Mendoza, mientras hacía la fila para ver la Luna por uno de los telescopios.
En tanto, un grupo de estudiantes universitarios, oriundos de varias provincias, participaron de la actividad, y mate de por medio, esperaban que algún claro en las nubes les permitieran ver y retratar el fenómeno con una cámara profesional que portaba uno de ellos.
«Es la primera vez que venimos a la actividad de Astroturismo», comentó a Télam Ángeles una vecina de la ciudad de Mendoza, quien destacó que «la variedad de los telescopios» les permitió ver el satélite «de diferentes formas».
«Me gustan los eclipses, más los de Luna», contó, Victoria, alumna del colegio de Magisterio, quien estaba primera en la larga fila que se formó para mirar el fenómeno por telescopio y añadió que, en la materia de Ciencias Naturales, están viendo de qué se tratan los eclipses, por lo que se interesó aún más en el tema.
Walter García, divulgador científico perteneciente a El Firmamento, contó que en el eclipse total lunar «la luna ingresa al cono de sombra que proyecta la Tierra por la luz solar, lo que hace que de a poco la luna, comience a entrar en esa sombra llamada umbra, donde comienza a oscurecerse y cuando se aproxima a la totalidad, es cuando comienza a verse el color, ámbar, anaranjado o rojizo, que dependerá del punto de observación», indicó.
A su vez, el evento estuvo acompañado de un show musical y food trucks y muchos de los asistentes lo hicieron con mantas para sentarse en el predio, y el infaltable mate los ayudó a entrar en calor en la fría noche mendocina.
Misiones
Unas 300 personas presenciaron el domingo en el Observatorio Astronómico de las Misiones, de la ciudad de Posadas, el eclipse total de Luna, pese a ser una noche inusualmente fría en la capital provincial.
La actividad comenzó cerca de las 23.30, en el observatorio ubicado en el Parque del Conocimiento, con una charla y presentación de un video explicando el fenómeno, todo a cargo de autoridades del observatorio.
Con posterioridad, se pudo apreciar el evento astronómico, que no volverá a repetirse hasta 2025, a simple vista y en telescopios dispuestos en las afueras del edificio para uso de los presentes.
Federico López, coordinador del observatorio, señaló a Télam que «es un evento astronómico increíble», un eclipse total de Luna, que fue presenciado «por una gran cantidad de gente».
López destacó las condiciones climáticas reinantes hoy en Posadas: «Muchísima suerte tenemos. Venimos con mala racha hace años para los eclipses pero hoy está perfecto».
Y agregó que «la convocatoria de hoy fue abierta y libre a observar el fenómeno a través de nuestros telescopios».
Para finalizar, recordó que el observatorio de las Misiones es uno de los más importantes de Argentina, «el telescopio principal se encuentra entre los cinco más grandes del país».
Bariloche
Una veintena de personas se dieron cita en el Observatorio Astropatagonia de Bariloche, para poder apreciar el eclipse total de Luna, a través de los telescopios especialmente instalados para la ocasión.
El observatorio está ubicado en el paraje conocido como «Ñirihuau Arriba», distante unos 30 kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche.
Daniel Chiesa, responsable del emprendimiento, instaló varios telescopios, y explicó con posterioridad a los concurrentes las características del lugar desde donde se realizaría poco después la actividad.
«Elegimos este lugar para emplazar el observatorio porque es muy oscuro y no está contaminado por la luz de Bariloche tanto como para disminuir la calidad de visión del cielo», dijo.
Geraldín se enteró de la posibilidad de presenciar el eclipse desde el observatorio y no dudo en concurrir: «Me interesa la astronomía, me enteré de la existencia de este lugar, es increíble su pureza, no hay contaminación lumínica».
«Es la primera vez que voy a ver un eclipse de esta característica y estoy muy emocionada», agregó.
Mia compartió la experiencia de observar el eclipse con un grupo de amigas: «Me fascina estar acá, en este lugar maravilloso cerca de la cordillera. La Luna se ve clarísima. Estamos preparadas para ver el eclipse.»
Con el pasar de los minutos, la Luna pasó de estar brillante y redonda a opacarse y cubrirse. Finalmente, a las 0:32, se había tornado una esfera roja en lo alto del cielo. Fue entonces que un profundo silencio cundió entre todos los presentes y, aun en la oscuridad, eran perceptibles los gestos de admiración.
Diego viajó desde la Ciudad de Buenos Aires a Bariloche especialmente para ver el eclipse, «Tengo amigos en Bariloche y planifiqué este viaje para ver el eclipse y pasar un buen momento con ellos», relató a Télam. Y agregó: «Suelo viajar a distintos lugares para presenciar este tipo de eventos, pero la Patagonia es mi lugar favorito porque tiene un cielo único. Este espectáculo es maravilloso y justifica ampliamente mi viaje hasta acá».