Asado, nafta y alquileres: los otros “índices” que sirven para entender cómo cayó el salario frente a la inflación
El salario promedio formal perdió casi 49 kilos de carne, más de “medio alquiler” y 125 litros de nafta
Hace más de tres años que los sueldos pierden contra los precios, pero el número impresiona más cuando se lo ve desde la óptica de los productos y servicios que cada vez se vuelven más caros en relación con lo que se gana.
Hace tres años y tres meses que los salarios de los argentinos no logran ganar una batalla, la única que tienen que dar: la que pelean contra la inflación. Este año no es la excepción. Según datos del Indec publicados esta semana,subieron un 16,8% en los primeros cuatro meses del año, contra un 17,6% que avanzaron los precios. En porcentajes, la pérdida puede resultar un poco abstracta, pero en cantidades, el resultado impresiona.
Cómo fue que evolucionó el poder de compra del salario con respecto al asado, la leche, la nafta y el alquiler de un dos ambientes en la Ciudad de Buenos Aires. Para eso, utilizó números del Indec, de la Dirección General de Estadísticas y Censos porteñay del sitio especializado Surtidores y los cruzó con el ingreso formal promedio, conocido por su sigla Ripte, elaborado por el Ministerio de Trabajo.
La información se tomó al mes de abril, que es el último dato disponible sobre los sueldos.
En abril de 2020, un salario formal promedio era de $56.955,63. Con ese monto se podían comprar 157,7 kilos de carne, 1065,2 litros de nafta, 1038,6 litros de leche y se podían “alquilar” 3,1 dos ambientes en la Ciudad.
En abril de 2021, ese mismo ingreso se situó en $80.501,97. Con ese monto, se pudieron comprar 126,8 kilos de carne, 939,3 litros de nafta, 1054,4 litros de leche y se pudieron “alquilar” 2,5 dos ambientes en la Ciudad.
Como puede verse, el poder de compra del sueldo se mantuvo solamente en el caso de la leche, uno de los ítems congelados por Precios Máximos, razón por la que mantuvo relativamente estable su precio a lo largo del período observado.
En el camino, el salario promedio formal perdió casi 49 kilos de carne, más de “medio alquiler”, 125 litros de nafta (que representan más de dos tanques).
“La caída del salario real es muy preocupante y es la peor racha desde 1998 a 2002, cuando hubo cuatro años seguidos de caída. En 2018 y 2019 esta dinámica respondió a saltos cambiarios y saltos inflacionarios que no eran anticipados por paritarias, que cerraron sumas menores. El 2020 la pandemia obligó a muchos gremios a negociar puestos de trabajo contra subas muy moderadas de los salarios y eso volvió a golpear el poder adquisitivo. En 2021, cuando todo parecía indicar que iban a recuperarse, la aceleración inflacionaria de la primera mitad del año lo impidió”, sintetiza Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina.
Es por eso que los salarios ya tienen “casi 40 meses de pérdida contra la inflación”, según el economista. Para el segundo semestre, se espera que esta dinámica cambie: el Gobierno modificó su postura por la aceleración inflacionaria, por lo que habrá mayores subas en los salarios. “De todos modos, no recuperarán ni siquiera lo perdido durante 2020″, sentencia.
Esta pérdida de poder adquisitivo tiene un impacto directo en el consumo y, por ende, en los comercios, muchos de ellos empresas pymes. La inflación y el retraso de salarios tiene dos efectos, explica Facundo Aragón, socio de CompassLa y especialista en consumo. El primero es directo: “Si los precios aumentan más que los salarios, hay menos plata para consumir”, explica. Durante muchos años, si bien había pérdida de poder adquisitivo, el empleo se sostenía, detalla, por lo que el consumo se mantenía a flote. Con la pérdida de empleo de 2020 por la pandemia, la situación cambió.
El otro gran impacto es sectorial. Si aumentan costos fijos como el alquiler o las tarifas, señala, al consumidor le va a quedar una torta más chica para gastar en todo lo demás. “Hay consumos de alimentos básicos que son lo último que se reduce, mientras que otros menos necesarios, como ropa o electrodomésticos, se ven más afectadas”, dice.
En resumen, en lo que va de 2021 el consumo total cayó 5%. Las ventas en supermercados crecieron 3%, pero las de autoservicios cayeron 15%, detalla Aragón. “Hay que considerar que esos números ya vienen de un 2019 y 2020 de caídas”, añade.
Mientras tanto, esta semana también se conocieron datos sobre la distribución del ingreso en el país. La conclusión es que la torta no solamente se achica cada vez más, sino que también se reparte de manera inequitativa.
La mitad de los hogares del país vivía a fines de marzo con menos de $60.000 por mes. Ese mismo mes, la canasta básica total, aquella que cubre todos los bienes y servicios necesarios para que un hogar no sea considerado pobre, era de casi $60.900.
Más datos confirman la complejidad de la torta en la Argentina: el decil más rico de la sociedad tiene ingresos 17 veces más altos que la porción más pobre. Un argentino que gana $85.000 en mano estaría en el decil más alto, es decir, en la porción más rica del país.
Fuente: TN Noticias