La Rioja vivió una noche en la que el folclore y el cuarteto encendieron al público
Luego de que la noche del viernes se suspendiera producto del viento y de la lluvia, este martes pudo finalmente subir al escenario El Chaqueño Palavecino al que se le sumó el grupo de cuarteto Sabroso. El público vivió una impensada pero bienvenida jornada, ratificando que febrero es chaya en La Rioja.
La primera en subir al escenario fue el turno de la olteña Silvana Agüero quien con su estilo fresco interpretó un interesante repertorio de temas clásicos del folclore, luego le siguió el grupo Toma Josho con una puesta en escena que presentó una propuesta que hizo cantar a las y los presentes. Esta etapa concluyó con el cantante folclórico Bruno Arias.
Tras esto llegó la presentación de El Chaqueño Palavecino quien a lo largo de casi dos horas, hizo un repaso por temas de su trayectoria los que fueron coreados por un Autódromo que una vez más colmó su capacidad. El consagrado cantante ratificó una vez más la relación que tiene con un público que le es fiel y que disfruta a pleno de un show que pese a los años, siempre se renueva.
La noche siguió encendida y el calor de las y los asistentes fue creciendo. Así, llegó el turno de la banda riojana Karioka que siguió haciendo bailar a grandes y chicos por igual. La quinta noche cerró con el grupo Sabroso que comenzó cantando.
La Chaya con su primera noche «extra» explotó una vez más, llevándose por un momento las penas y la espera de un largo año donde la realización del festival se vio interrumpido con la presencia de público producto de los protocolos vigentes por la pandemia. La Chaya crece, se renueva y en esta oportunidad fue el motivo perfecto para que las familias se reúnan en uno de los espectáculos más importantes de esta provincia, en una confluencia de ritmos que abrazan en la música, a todos y todas de la mano de la harina y la albahaca.
Fuente: Nueva Rioja