La feligresía vivió desde sus hogares el paso de San Nicolás
El obispo Dante Braida agradeció por comprender esta situación sanitaria, acatando las medidas tomadas.
En la finalización de las festividades de San Nicolás de Bari, el Santo Patrono de los riojanos recorrió los diferentes sectores de la Ciudad. Al respecto, el obispo Dante Braida realizó su mensaje reflexionando sobre la figura de San José, «destacando varios aspectos de su vida y santidad, como así también en los últimos días sobre las Líneas Pastorales de la diócesis», añadió.
«Seguimos transitando un tiempo particular marcado por la pandemia que no nos da tregua y nos mantiene en vilo teniendo que adaptarnos permanentemente a nuevas realidades», agregó.
«Y quiero agradecer a todos por comprender la situación que vivimos y hoy participar desde sus hogares de este momento orante. Agradecer a los medios de comunicación que permiten llevar este tiempo de gracia a cada casa. Gracias realmente. Gracias querido San Nicolás porque tu cercanía y ayuda a cada situación que te encomendamos nos llena de paz y esperanza», informó.
«El lema que nos acompañó este año recoge el espíritu de las Líneas Pastorales que hemos publicado para la fiesta de Pentecostés luego de un fructífero tiempo de escucha, diálogo y reflexión. Este lema dice: «Con San Nicolás y la Virgen del Valle, vivamos una Iglesia Orante, Fraterna y en Salida», dijo.
«En primer lugar se destaca la necesidad de ser una Iglesia Orante. Para responder a este tiempo y sus desafíos necesitamos de la oración, de elevar nuestra mirada y corazón a Dios para dejar que Él nos consuele, anime y fortalezca. Para descansar en él de tanta angustia y aflicción. A la vez junto a Él esperamos encontrar la luz necesaria para discernir el momento presente y descubrir en él las señales que Dios nos da para orientar nuestra vida cristiana y mejorar la sociedad que vivimos. Por eso es necesario, más que nunca
en estos tiempos, «que podamos organizar y promover tiempos de oración personal y comunitaria, de retiro o ejercicios espirituales», comentó.
«Cuando rezamos, nos abrazamos más fuertemente al Señor y Él siempre nos libera de los miedos e infunde esperanza para seguir el camino», determinó.
«En segundo lugar, este tiempo requiere que no nos cortemos solos sino que caminemos juntos, por eso es necesario caminar en fraternidad, como reza la segunda línea pastoral, fomentando «una permanente actitud de diálogo con los demás, entre grupos de la Iglesia y en la sociedad, fomentado la cultura del diálogo entre todos los sectores», aclaró.
«Siempre estará la tentación de querer salvarnos solos. Ante la realidad de la pandemia experimentamos que nadie tiene la fórmula para enfrentarla en todos los desafíos que nos plantea: en lo personal, en las tareas sociales o religiosas, en lo laboral y en las situaciones de nuevas pobrezas que se evidencian. Pero sí, todos podemos aportar algo, una mirada, una propuesta, una experiencia, lo propio de cada institución. Por eso es necesario un diálogo fraterno en el que puedan surgir propuestas más acertadas y superadoras. Nos dice Francisco: «todos somos importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos… no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino sólo juntos…» finalizó.
Fuente: Nueva Rioja